No solo en lo personal, dentro de cada jugador, dicha presión se vive de igual forma con su compañero.
En un ejemplo muy bueno, usado por “nuestro psicólogo asesor”, refiriéndose al equipo, que es igual “que una pelota”. Ya que es capaz de recibir los golpes externos más potentes y enseguida volver a tomar su forma inicial. Pero cualquier presión interna, la “revienta” en el acto.
Así pasa con las parejas, por ello, trate de ser fuerte con su compañero, resistan y luchen juntos, demuestren dicha fortaleza, unidad, compañerismo. Que el rival los vea “indestructibles”, que sientan que no hay lugar por “donde romper” la cohesión del equipo, que no trasciendan los malestares y que todo se resuelva dentro del equipo.
Cualquiera de estas cosas, son la mínima grieta donde el rival puede comenzar a “romper” su unidad.
De esa forma, responderán como “la pelota”, resistiendo todos los “embates” de afuera, gracias a la resistencia interna.