Retomando el consejo anterior, la pregunta más importante es cuánto hay de regularidad y cuanto de riesgo en un partido.
Si analizamos un poco los draws de los torneos, veremos que hay una gran cantidad de partidos que salen ganadores los mejores del ranking. Que en cuartos de final es frecuente encontrar por lo menos 6 o 7 parejas de las primeras 8.
Que los partidos que llegan a un tercer set, caen del lado de los mejores rankeados. Los motivos, aunque parezcan muchos no son tantos.
Los puntos son largos, los partidos “peleados”, pero en el padel, ganan los que “hacen la mayor cantidad de las cosas bien”. Todo nos indica que es uno de los deportes más lógicos que existen. Por todo ello, jugar con la “lógica” de la táctica y geometría toma un valor de casi un 80 a 90 % del desarrollo del partido y solo deja “destellos” en un porcentaje pequeño.
La solidez de los jugadores, el aplomo, la tranquilidad, el orden y la prolijidad se imponen sobre la vehemencia, el desorden, la rapidez en tratar de definir. Según una estadística el promedio de edad de los primeros jugadores del ranking más importante, está en 33 años, es obvio que varias de estas aptitudes se logran también con la edad. La espera y mesura siguen primando al menos hasta estos momentos de la historia del deporte, más adelante veremos, pero todo tiende más a la perfección que a velocidad. Entender esto nos hará recapacitar en la forma de encarar los partidos. Tomar un margen de un metro de las paredes y red para nuestros envíos, usar las diagonales, los tiros cruzados primaran en esa lógica contra ciertas tácticas que “violen estos principios” salvo cuando un partido, les sea de antemano muy difícil por la diferencia de nivel que veremos cómo tratar de resolverlo.